viernes, 26 de octubre de 2018

UltimaNdo

... preparativos


33ª Maleta

Salgamos hoy de viaje llueva, nieve o haga sol. Dejemos de lado el ruido de la ciudad y del despertador. Miremos hacia delante con una mano sobre la frente como el vigía despistado que ha olvidado el catalejo. Gritemos, ¡tierra a la vista!, desde una nave espacial que de tres vueltas al mundo sin parar a repostar. Rasguemos el mapamundi a país por continente y pongamos cara a la gente que siente como nosotros habitando en un lugar diferente.

Reunidos, aquí presentes, lleguemos a la conclusión de que solo hay una vida sin tiempo de preparación.

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Echamos la tarde entre actualizaciones de vidas, anécdotas, risas y botellines de Mahou. En aquel bar te ponían una caja debajo de la mesa donde te iban colocando los cascos de cristal consumidos. Cuando llegaba el 'Juernes' o el fin de semana eso se convertía en una competición entre mesas a ver quién llenaba más cajas y ese día estábamos a la cabeza de la clasificación de la terraza.

La gente se fue marchando poco a poco, primero los que tenían familia esperando en casa, luego los que tenían turno al día siguiente, hasta que quedamos los cierra-bares de siempre.

- Bueno chicos, me voy que mañana quiero ir al gimnasio - dijo el barman que se había unido al salir.
- Sí, y yo voy al Retiro a patinar con unas amigas - comentó la segunda de recepción.
- Si bueno, y yo a correr media maratón, ¿no te digo?. ¿Cómo os habéis vuelto todos tan deportistas? - dijo Emma un tanto incrédula.
- Dí que sí, tú no te dejes vencer por las modas healthy. Mañana, de cañas desde mediodía.
- !Eh! Desde la una de la tarde botones, que no vaya a parecer que soy una borracha.

Y caminamos los cuatro riendo hacia el metro a ver si pillábamos el último tren de la noche.

En el hilo sonaba Maroon 5 

jueves, 18 de octubre de 2018

QuerieNdo

... besarte


32ª Maleta

En el listado de mis deseos está tu boca rosada y libre, tus labios rasgados y vigorosos, tu forma de hablar y de sonreír. El genio que exhalas, que no concede, que pone a prueba y hace pensar. El súbito grito involuntario que atempera emociones y expresa ilusión. La pausa que encierra pensamientos mudos, la voz que me calma, la mueca, el tic.

Cerrando los ojos me acerco y te intuyo, cerrando los tuyos, dejándote ir...

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Habíamos quedado un grupo de los de recepción para tomar algo a la que terminara el turno de tarde. Yo había estado de mañana y ya estaba sentado tomando las primeras cañas con algunos. Solíamos quedar en una plaza cercana y aprovechar las terrazas mientras el otoño suave todavía nos lo permitiera.

- Mirad a quién os traigo - dijo la segunda de recepción mientras se acercaba a donde estábamos.

Yo estaba de espaldas a donde venían y me tuve que girar para mirar.

- ¡Emma! - casi me caigo de la silla.

Los tres que estábamos allí nos levantamos para dar besos y enseguida me puse a buscar una silla libre entre las demás mesas ocupadas de la terraza.

- Camarero; por favor, una ronda de tercios que estamos de reencuentros - dijo ella con una sonrisa.

Parecía como si nunca se hubiera marchado...

En el hilo sonaba Ariel Rot

miércoles, 10 de octubre de 2018

OpositaNdo

... hasta el final.


31ª Maleta

Un flechazo en el centro del pecho, una cámara lenta, un perfume en el aire, un bocado que evoca memorias de antes. Una fuerza increíble, un poder inmensurable, una energía de empuje que te impulsa a cualquier parte. Una ilusión concentrada, una emoción desbordante, una fracción de segundo, un aluvión delirante.

Un dolor de cabeza palpitante, una imagen helada, un hedor asfixiante, una arcada vacía que te dobla y te parte. Una debilidad enfermiza, una impotencia acuciante, una flojera perversa que te obliga a tumbarte. Una esperanza maldita, una pasividad pegajosa, un derroche de meses, un carrusel mareante.

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- Los contratan por guapos y elegantes - me dijo la gobernanta devolviéndome a la realidad.
- ¿Perdón?, ¿cómo dices?, ¿a quién? - respondí algo aturdido.
- Pues a la gente de ventas que llevas toda la semana observando tan atentamente, ¿crees que no me he dado cuenta, botones?
- ¿Me estás diciendo que mi traje no es elegante? - dije estirándome la chaqueta del uniforme y ofreciendo mi mejor perfil.
- ¡Claro que no! De hecho eres el botones más guapo que he visto en todo el día.
- Pero, ¡si soy el único botones del Hotel!
- ¡Y mi favorito! - dijo dándome con un dedo en el costado. - Anda, vente a comer que te quiero preguntar por tu amigo el barman.
- Uuuhhh, ya veo por dónde vas..., te aviso que soy una tumba.
- He traído tiramisú. Lo hice ayer mismo.
- Oh Dios..., tú sí que sabes negociar. ¿Dónde está tu traje falda?
- Ay botones, ¿aún no sabes que no todos los héroes llevan capa?
- ¡Mi heroína repostera!

Le ofrecí el brazo y nos fuimos caminando despacio a comer. Yo ya solo podía pensar en el postre.

En el hilo sonaba Arcade Fire

martes, 2 de octubre de 2018

NavegaNdo

... en el Rêve de Mousse*


30ª Maleta

Para transformar el mundo hay que tener una energía inagotable de esas contagiosas que te empujan a ir más lejos de lo que nunca pensaste llegar. Hay que dormir lo justo para recargar baterías, mantener los ojos abiertos después de la medianoche, madrugar por la mañana para ver salir el Sol.

Para provocar un cambio hay que ser apasionada, enfocar el objetivo, dejar los miedos atrás. Hay que recoger arena de playas y de desiertos, andar con los pies descalzos, olvidarse de almorzar.

Para proyectar avances, para hacerlos realidad, hay que arrinconar prejuicios, enfrentarse a la verdad, hay que arriesgar la sonrisa en una mesa de black-jack y cuando el casino gane, que seguro ganará, recoger los aparejos, volver a hacerse a la mar.

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- ¿Qué os pareció la fiesta del otro día? - pregunté interesado por escuchar diferentes opiniones.
- Yo lo pasé bastante bien a pesar de tener que trabajar - respondió el barman mientras sacaba brillo a la cucharilla trenzada de los gin-tonic.
- Hombre claro, ¡si te ligaste a la agente esa de los Japoneses! - dijo el maître inclinándose sobre la barra para darle con la palma abierta en el hombro.
- ¡Calla hombre!, que es la sobrina de la gobernanta - replicó hablando entre dientes y abriendo mucho los ojos. Fue este que me la trajo a la barra y estaba tan en su mundo que la chica terminó hablando más conmigo.
- Pero botones, ¿en qué pensabas? No me digas que todavía le das vueltas a lo de la recepcionista aquella..., ¿cómo se llamaba?
- Emma..., ¿vosotros sabéis por qué se fue así tan de repente? - llegué por fin al punto que quería.
- Ya sabes como son esos puestos de rotativos.
- Sí, los de ventas siempre están comentando las nuevas adquisiciones.
- Ahí quería yo llegar, ahí. ¿No son demasiado..., pesados?

El barman se encogió de hombros sin decir nada pero yo ya había hincado el diente y no iba a soltar la presa así como así.

En el hilo sonaba ZAZ

* A la enérgica cineasta Elena Molina