miércoles, 21 de diciembre de 2022

QuemaNdo

... las naves.


65ª Maleta

Conságrate al Dios que fuere arrojando al fuego las culpas, libera de lastre inútil las alforjas de tu mente, aligera, clarifica, despeja el camino adelante porque el suelo que pisaste ha prendido y se achicharra. Por más que disciernas y sofoques, por más que descubras y mitigues, por más que escuches y te guíen esas tablas calcinadas ya no aguantarán tu peso.

Construye tu nueva apariencia en un cuarto sin espejos, confía en tus conocimientos, deshazte de tus complejos. Sólo hay paz si hay objetivo. Sólo luz donde hay camino. La tierra virgen, el sol naciente, el agua pura y el tiempo, impaciente.

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Estaba en la recepción del 'The Level' mirando una vez más aquel cuadro y pensando en su significado.

- 'Veritas Nunquam Perit'..., 'la verdad nunca desaparece'... - pensaba en voz alta.

Todo parecía distinto en aquella planta ahora deshabilitada y con la luz mínima. Los grandes jarrones con sus largas y gruesas ramas de bambú estaban colocados de forma que cerraban el paso hacia el interior. Lo que un día fue una decoración asiática parecía una fila de oscuros barrotes. La sala acristalada de la entrada en la que normalmente habría algún cliente leyendo la prensa económica e ignorando las piezas de fruta dispuestas en la mesa al lado de los croissants y la máquina de café 'Expresso' estaba totalmente vacía y apagada. Y, por su puesto, la recepcionista no estaba allí.

Miré su mesa vacía y de nuevo aquel cuadro que era casi lo único que tenía algo de luz al estar cerca de los ascensores y decidí que tenía que llamarla.

- Para ver qué tal está..., y ya está. No pasa nada. - me dije a mí mismo dándome confianza.


En el hilo sonaban La cuerda floja

miércoles, 14 de diciembre de 2022

PredicaNdo

... en el desierto.


64ª Maleta

Allá afuera, en la arena, cuando te encuentras en el medio de mil espejismos de agua inexistente y la soledad se convierte en un hecho tan profundo e inabarcable que dudas incluso de los sonidos de tu propio cuerpo, el latido de tu corazón, el chasquido de tus huesos, el rugir de tus vísceras resecas, es entonces cuando centras tu cabeza o la pierdes para siempre.

Las memorias de brasero, las leyendas de taberna, los cuentos con moralina para hijos de hombres sabios y hasta las evidencias supervivientes de una realidad tan violenta como ajena a cualquier rutina conveniente no serán suficientes para prevenirnos, pues siempre habrá una descarga, un pretexto que nos exculpe por no haber estado preparados para esto.

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Entre las personas de a pie, sólo aquellos con responsabilidad en temas que tuvieran que ver con la organización o la previsión a futuro estaban realmente preocupados y empezaban a movilizarse internamente para crear algún tipo de protocolo de emergencia sin saber muy bien qué partida asignar a semejante proceso. El resto permanecíamos aletargados, mirando la televisión, hablando de los murmullos que se escuchaban en los despachos y levantándonos a la misma hora de siempre para ir a trabajar con las mismas ganas de siempre de que llegara el fin de semana.

- Entonces, ¿ya estás más o menos bien? - le pregunté al barman mientras cerraba la puerta de casa.
- No lo sé, cof cof, sólo me queda esta tos tonta - carraspeó - pero no me fío un pelo.
- Verás que no es para tanto y te has pasado el fin de semana encerrado como un conejo en su madriguera para na..., pero ¿a dónde vas?.
- Por las escaleras, botones, por las escaleras! - gritó ya desde el segundo rellano.

En el hilo sonaba Sting

sábado, 1 de enero de 2022

OndeaNdo

 ... mi bandera.


63ª Maleta

El que algo quiere, algo demuestra.

Sus cabellos flotan y se entrelazan en el aire sujetados por la fuerza de hilos finísimos, invisibles que se mueven viajando desde el horizonte hasta alcanzar la orilla en la que aguarda. Los siente recorriendo su piel, acariciando sus mejillas, levantándole la falda. Los adivina en el perfil espumoso de las olas, en los pequeños torbellinos de arena, balanceando las copas de los pinos.

Quiere dejarse ir, abandonar el peso de la gravedad, clavarse mil agujas y sentir una descarga de electricidad que se encargue de crear un movimiento cualquiera, autómata. Pero pesa demasiado. Su cuerpo, su cabeza y hasta su alma se ha vuelto tan densa que ni la luz del nuevo año escapa y se consume en su interior como si nunca hubiera existido.

El que no tiene esperanza, podría no vivir.

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La actitud del barman me tenía desconcertado. Un poco más si cabe que todo lo que estaba ocurriendo en el mundo. Pero él estaba convencido de que debía aislarse en su habitación a pesar de que el médico de cabecera le había indicado una simple infección de las vías altas.

- Pero si han dicho en la tele que aquí en España no hay nada de eso y que es improbable que llegue. ¡Sal aquí y cena conmigo en el salón hombre!.
- Que no botones que no insistas. Si es un simple resfriado, mejor. Pero, ¿y si no lo es? - inquirió. Tengo una amiga enfermera que me ha dicho que ya hay algún caso aquí mismo en la ciudad.
- Pero, ¿cómo puede estar tan segura?. No voy a estar dejándote la cena en la puerta toda la semana como si fueras un recluso peligroso. - amenacé. Mira, empiezan las noticias. A ver qué nos cuenta "el Vicen" antes de 'El Hormiguero'. - le dije a gritos desde el sofá.

Aquella noche las noticias abrieron con el primer caso registrado de Covid19 en Europa; un turista alemán en la isla canaria de La Gomera.

- Joder, barman... A veces me caes fatal. - dije para mí mismo.

En el hilo sonaba The Cinematic Orchestra