QuedáNdome

... absorto ante tu presencia.

86ª Maleta

Apareció de la nada y se adueñó de mi sueño poblado por personajes inconexos llamándolos a todos por su nombre de pila. Sentados en un portal cerca del Dos de Mayo, agarró mi libretilla roja y comenzó a repasar las líneas de un bosquejo que tenía a medio armar con un rotulador negro de punta fina. Cuando estaba perfilando los trazos del paisaje, su mano, abrazada por una silueta tenebrosa, se salió por el límite de la hoja emborronando el cielo con los nubarrones de su mente. Y comenzó a chispear sobre Malasaña...

Siempre se proyecta desde donde la observe, pero sé que dos de cada tres días su mirada sólo alcanza a ver blancos y negros. Más blanco cuanto más se mueve; más negro cuanto más se guarda. Hoy tiene un día gris y, sin embargo, yo la sigo viendo en tecnicolor.

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El mundo seguía recuperando la normalidad. Día a día, las personas reconstruían sus rutinas, tanto las buenas como las malas. La memoria se dividía por el hito de la pandemia, el pre y el post, como cuando empezó a circular el euro junto a la peseta, o como cuando comenzó la nomencaltura europea de las matrículas dejando atrás los distintivos autonómicos. Con el tiempo, dejamos de hacer el cambio mental de moneda al comprar cualquier cosa y también dejamos de mirar a los conductores de los coches de Madrid o Barcelona para mirar a los de Francia o Portugal.

- Si nos afecta el ERE será un antes y un después - dije reflexionando en voz alta.

- ¿No estás siendo un poco dramático? Ni que tuviéramos 50 años - respondió el barman sin dejar de mirar la televisión.

- Nos vamos a quedar sin trabajo en un momento en el que nadie sabe lo que va a pasar.

- ¿Y cuándo ha sabido nadie nada sobre el futuro? - volvió a preguntarme mientras se levantaba camino de la cocina.

Y ahí me dejó pensando..., como si a mi cabeza le faltaran escenarios que poblar de eventos y personas que sólo iban a vivir allí dentro sin manifestarse ni por un minuto en la realidad.

En el hilo sonaba Extremoduro