56ª Maleta
- Macho, es que es acojonante que tengamos que seguir personándonos por estos avisos después de toda la información que se ha compartido. ¡Esto no se va a acabar nunca! - se quejaba uno de ellos mientras caminaban hacia los coches.
- La gente que no vive un caso cercano piensa que esto está pasando en la tele, tío, que es cosa de otros, que no va con ellos - comentaba la compañera.
- Lo peor son los que nos tratan como a los malos hagamos lo que hagamos, colega. Y encima que tengamos que ir 'a pelo', ¡buah! - decía el tercero.
- Venga, venga, ¡menos quejas! Si os di a los dos las mascarillas esas que conseguí del hospital y ni siquiera os las ponéis.
- Porque tienen cuatro horas de efectividad, ¡como mucho! - respondió uno.
- La mía se rompió en la segunda puesta. Pero sabes que no tendríamos que andar así. Nos deberían dotar correctamente - apuntilló el otro.
- Sí, ya sé, ya sé. Y tienes razón, pero somos privilegiados por dedicarnos a lo que nos gusta.
En ese momento empezaron a resonar aplausos en el bloque de edificios frente al que habían parado para atender al aviso de un vecino informando de varios bañistas en las zonas comunes.
- ¿Veis lo que os digo compañeros? Esto es lo que tenemos que grabarnos. Hay mucha más gente normal y cívica que con la que tenemos que lidiar cada día. - y se giró hacia los balcones para devolver el aplauso haciendo que sus tres compañeros imitaran el gesto levemente.
- Venga, ¡buen turno! - les dijo antes de entrar en el zeta con su compañera y hacer sonar la sirena en señal de agradecimiento.
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- Pues ahí vamos - contestó Emma - Las cosas se están complicando en mi hotel, pero vamos, nada que tú no sepas porque estaréis más o menos igual, ¿no?
- No me hables, justo acabamos de salir de una reunión y...
El teléfono de Emma empezó a sonar oportunamente.
- Ay, perdona, tengo que contestar.
- ¡Claro! No te preocupes - dije alejándome un paso.
- ¿Cariño? Sí, estoy aquí fuera ya - quedó escuchando unos segundos y prosiguió - Jolín cariño, ¿y no me podías haber avisado antes? - dijo con tono contrariado - Bueno, pues nada. Ya me como yo algo por aquí porque a estas horas, ¡tú me dirás!
Siguió hablando unos pocos segundos y se acercó visiblemente disgustada.
- ¿Todo bien? - pregunté.
- Me han dejado tirada y con el estómago vacío, ¿te lo puedes creer?
- ¡No me digas! Yo acabo ya en nada, diez minutos. ¿Quieres que te acompañe? La verdad es que ahora que lo has dicho también tengo hambre.
- Pero, ¿te vas a cambiar?
- Sí, claro, no voy a ir con el uniforme. Pero no tardo nada. Enseguida estoy aquí. Se me ha ocurrido un Thai que te va a encantar, ¿te apetece?
- ¡Venga va! ¡Qué hambre! ¡Corre!
En el hilo sonaban Angus & Julia Stone
Dos situaciones en dos mundos paralelos...
ResponderEliminarUn abrazo,
Y aún así, seguramente entrelazados.
EliminarMuchas gracias!
El primero texto, es lo habitual desde hace dos meses, esperemos que no se convierta en eso habitual y den con soluciones .El segundo son las consecuencias del primero en terreno laboral.
ResponderEliminarSin duda todo acto tiene consecuencia pero esperemos que tanto el primero como el segundo las soluciones estén llegando .Un abrazo .
Seguro que poco a poco y con mucha conciencia individual podremos encontrar de nuevo el equilibrio.
EliminarMuchas gracias!
La inconsciencia es peligrosa, y llega a todos los ámbitos, el coche las instalaciones de casa y pasamos a otro mundo donde se puede hasta tener cercanía física. Un abrazo
ResponderEliminar¿Sabes cuánto se tardaría en barrer una ciudad tan enorme como Madrid? Menos de diez minutos. Si cada uno barriera su calle.
EliminarEspero que haya conciencia colectiva e individual. Sólo así saldremos de esta mejores.
Muchas gracias!
Qué extraña se vuelve la cotidianeidad, verdad?
ResponderEliminarAbrazo, CleveLand.
Muy extraño todo, amigo, muy extraños todos.
EliminarMuchas gracias!
Ayer justo escuchaba a una médica que hace dos meses no podía besar a su marido ni a sus hijos y agradecía a las personas que la están peleando sin quejarse ni nada, día a día... ella, que la pelea día a día en primera fila, agradecía a los demás... En ciertas situacianes antes de quejarse habría que pensar dos veces.
ResponderEliminarUn beso.
Ojalá fuéramos más capaces de pensar en la imagen general en lugar que solo en la de nuestra propia pantalla.
EliminarMuchas gracias!
Hay gente que no piensa más allá de ella misma y le da lo mismo todo. Aunque no es la mayoría, con solo unos pocos, se puede ir todo al traste.
ResponderEliminarUn beso
Hoy he visto en las noticias a un hombrecillo comentando: " Yo todo lo que tengo es mío, no le debo nada a nadie y todo lo que he ganado lo he sudado así que si tengo que ir a ver al Creador iré..."
EliminarHe pensado, este pobre se ha enterado solo de media película y no tiene ni idea de nada, ni de lo que pasa ahora, ni de lo que predicaba su Creador. ¡Qué importante es la educación!
Muchas gracias!
Siempre alguien tiene que hacerse cargo de lo que otros no hacen o hacen mal...
ResponderEliminarVoy corriendo a la maleta 57, que ya he visto que has subido varias entradas en poco tiempo.
Un abrazo
Las culpas nunca caen al suelo, ¿verdad? Y alguien tiene siempre que hacerse responsable.
EliminarMuchas gracias!