sábado, 28 de febrero de 2015

DespegaNdo

... con rumbo lejano


9ª Maleta

Meter cuatro cosas en una mochila y marcharse, volar, alejarse sin ruta ni reloj, envolverse en la improvisación de lo desconocido, diseñar los pasos descalzo en el radio del alcance de la vista, dibujar la silueta de un recuerdo y dejar que el mar la borre en un vaivén...

Juntar a tres amigos y liarla, pirarse, partirse la caja con palabros inventados, jerga de guasones, enrolarse en un barco a la deriva con música, cerveza y cigarrillos, enmarcar en fotos la aventura de perder el Norte en un segundo y dormirse al raso con el manto de un cielo incandescente en la mirada...

Reducir a dos todas las opciones, rebuscar monedas por el suelo y jugar a cara o cruz las decisiones, acatar los fallos del destino, alumbrar con velas los caminos y a cagar los tristes y los mohínos que con miedos burdos y dañinos se empeñan en lastrar la iniciativa...

Encontrar en uno mismo la energía, calentar motores con paciencia, estudiar, querer saber de todo, probar que hay errores acertados y empezar la cuenta atrás sin titubeos para que el conteo regresivo no alcance jamás el punto muerto y el cero se transforme en ignición.

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Después de tanto tiempo esperando y planeando una escapada memorable el momento había llegado: Panamá, here we go!
Como si de la campana del instituto se tratara, colgué mi uniforme a en punto y me despedí de todos los compañeros del Hotel hasta más ver con la promesa de volver (con un pan Panameño bajo el brazo) por muy bien que me lo pasara. Sin embargo no estaba seguro de cumplir con esa promesa, la verdad...
¿Qué me ata a este Hotel?, ¿qué tan difícil de sustituir es un sencillo botones?, ¿y un compañero de pasillo?
La sensación de nada que perder es un signo de tristeza.

De pronto el whatsapp.

- Bueno Botones, pásalo genial que te lo mereces! Y disfrútalo como si no fueras a volver. Ya sabes, hay mucho mundo, aunque nunca se sabe...
- El mundo es muy grande y tiene muchas cosas que ver, que conocer, que comer... y yo sé a dónde miro, a quién conozco y el queso que me gusta. ;) Lo voy a disfrutar a tope y querré contártelo a la vuelta. :)

La sensación de nada que perder nunca ha sido para mí. Siempre bien! Ya sabes!


6 comentarios:

  1. Nunca es para nadie la sensación de nada que perder.... puede dibujarse como un espejismo en el horizonte...pero no es real...
    un beso

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    1. El miedo es una cadena y algunas personas son un ancla. Lo peor es el miedo a perder a esas personas.

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  2. La sensación de nada que perder es el principio de la sensación de mucho que ganar. Así de simple. Suerte en el nuevo viaje.

    Un beso!

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    1. Terminar y empezar. Lo que está claro es que parar no está contemplado ni aun cuando parece que nada se mueve.

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  3. Alejarse, diseñar, aventurarse, perder el norte... Lo justo y necesario para lustrar y no lastrar nuestra vida.

    Gracias por asomarte a mi rincón.

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    1. ¿Se agota uno si se persigue una estrella pero nunca se llega a tocarla?, ¿se entristece uno si se acostumbra a no esperar nada?, ¿se contenta uno con asumir que no será buscado con una intensidad comparable?, ¿se puede convertir entonces ese uno en dos?
      Si me alejo no me convence el diseño pero sí la aventura de orientarme con las estrellas.

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