1ª Maleta
Son las 11:03 am del día de Reyes y brilla el sol allá afuera. Estás seguro porque, aunque colocaste la persiana bajada a nivel pitch black, ya lo viste salir antes de entrar en casa después de pasar la noche del 5 cenaNdo y de copas para despedirte de las vacaciones hasta semana santa (Dios bendiga mi país laico). Te levantas porque la alarma del móvil sonó hace 18 minutos y deberías llegar a casa de tu hermana antes de las 12 am con los regalos que los Reyes han dejado para tus sobrinos en casa del 'tito'. Tropiezas con los zapatos que cayeron cerca de la puerta y sales de la habitación trastabillado camino del baño.
- Joder, qué cuadro!
La encarnación del Grinch se refleja en el espejo. Incluso tienes la cara un poco verde...
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No sabes qué hora es. Has abierto los ojos, has saltado de la cama y has atravesado el pasillo en dos brincos hasta la habitación de papá y mamá.
- Mamá, ¿puedo ir al salón a ver si han venido los Reyes? - susurras a los bultos de la cama.
- Hijo, sólo son las 8:03 am, es muy temprano; no quieres dormir un poquito más? - se escucha desde debajo de la almohada.
Pero es imposible que vuelvas a dormirte. Ya llevas lo menos 18 minutos despierto (en realidad menos de 5). Corres al salón y abres la puerta despacio, asomando la nariz. Bajo el árbol, varios paquetes de distintos colores han dejado enterrados los zapatos que dejaste la noche anterior y ya no cabes en ti mismo.
- Han venido!, han venido!
Y gritas y corres de la habitación de tus padres al salón y del salón a la habitación de tus padres que ya están sentados con los pies fuera de la cama.
- Y se han bebido toda la leche!!!
- De verdad!??, a ver!??. Hala!!!...
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- Oye Botones, ¿y a ti te sigue haciendo ilusión la mañana de Reyes? - me preguntó la Gobernanta.
- Pss! Pues así-asá..., me da un poco de vergüenza si recibo demasiados regalos pero me hace ilusión entregar los míos y ver las caras de la gente. Me pasa siempre que regalo cualquier tontería.
- Pues ya verás cuando tengas hijos! Esas caras no vas a olvidarlas nunca...
Me dí cuenta de cómo la ilusión por esa noche mágica se me había ido apagando como la iluminación de madrugada en los pasillos vacíos y silenciosos del Hotel. Fiché con mi tarjeta y enfilé la salida. Por el corredor de personal las luces se iban encendiendo a mi paso.
jajjaa el grinch :)
ResponderEliminarEl grinch se convierte al final de la historia. Me encanta tu prosa! te sigo!
Adriana: Es que todos tenemos que encontrar la manera de convertirnos en nuestra mejor versión. Ánimo con tu lucha!
EliminarY... En la primera maleta me quedo contemplando desde el fondo del pasillo tu paso a paso...
ResponderEliminarA través de esas luces que se van encendiendo cuando las miras y te ves , tiempo atrás, entre regalos ... Esos que ahora son para cada cual , en modo recuerdo, todo un legado.
Saludo de luz y magia, real, de la que pueda quedar un 11 de Marzo.
Dicen que todo es voluntad... Encendamosla pues.
La voluntad es motor único que en demasiadas ocasiones arranca con una chispa externa. Sin chispa no hay motor.
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