2ª Maleta
Ha llegado el momento de la definición, de enfrentar cualidades contra defectos, de ensalzar virtudes y maquillar cicatrices, de colocarse con hierbas aromáticas y revestirse de telas nobles con puntadas de plata. Es, sin duda, la hora de jugar con la regla de los tres días, de apretar el pómulo y alargar la quijada, de ofrecer una media sonrisa seductora y responder tarde, desganado y breve, de beber vino tinto y olerlo primero. Ya está aquí la ocasión de estrenar los zapatos, de meter por dentro la camisa abotonada, de mirar de soslayo el reloj de pulsera y colocarse unas gafas de cristales transparentes...
¿Cuándo es la gala de los premios al postureo? Quiero reservar la fecha en un post-it amarillo...
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Aquella tarde-noche el lobby en frente de la recepción estaba abarrotado de gente tomando un welcome drink cortesía del Hotel.
- ¿Toda esa gente es famosa? - pregunté al Jefe de Recepción.
- Son clientes con cargos importantes de gran responsabilidad. Procure ser muy educado y muy correcto en su trato hacia ellos - me contestó sin mirarme y casi sin gesticular.
- Aham..., pues entonces seré como soy con todo el mundo - respondí entre dientes imitando su gesto. - Pero sepa usted que parece un ventrílocuo y yo su muñeco.
Y la nariz le empezó a aletear descontrolada porque en el fondo quería carcajearse de sí mismo.
Divagaciones:
ResponderEliminarMe atrapa en su fondo y forma pensar en enfrentar cualidades y defectos en maquillar cicatrices. Como si al disimulo todo lograra causar otro efecto y encerrando un sentimiento no se tornara nunca re-sentimiento.
Disculpa, como bien he comenzado, son divagaciones pues.
Un saludo
¿Qué aporta un re-sentimiento? Nada. Y aún así te ahoga si le dejas hueco.
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