lunes, 23 de diciembre de 2019

SudaNdo

... bajo cero


49ª Maleta

Hay un fuego en la estancia que enfría la casa, que absorbe la energía y te deja macilento. Una nana siniestra de caja de música, un bisbiseo espectral que prolonga la duermevela. Un hálito denso, casi corpóreo, escapa de la boca desuniendo el alma del armazón, vaciando la mirada de significado, reduciendo a odre la piel habitada. Un aire ceñido presiona el pecho y congestiona con vacío pulmones constreñidos, oreando en torbellinos la ceniza reposada sobre un paraje yermo, marchito e infecundo.
Hay un dique postizo en una ciénaga inmensa, una cubierta vistosa en un obituario anodino, una fachada protegida en un edificio carcomido desde el techo a los cimientos.

========================================================================

Sin cambiar la postura circense que había adoptado para subirme al alféizar intenté explicarme.

- Es que hay un pájaro enganchado a la red esta del patio y...
- Ya lo sé. Lo he visto al entrar a limpiar la habitación y he ido a buscar ayuda.
- Pues la ayuda ya está aquí. Venga, agárrame - dije aupándome definitivamente al rebajo - Sujétame las piernas para que pueda asomarme mejor.
- ¡Bájate de ahí ahora mismo, botones! ¿Me quieres matar? Lo paso fatal, por favor te lo pido, ¡bájate! - me gritaba mientras se abrazaba con las dos manos a una de mis piernas tirando hacia adentro de la habitación.

Con una mano apoyada en la pared por dentro de la ventana y la gobernanta haciendo de ancla, estiré la otra mano con cuidado para llegar hasta el pájaro que permanecía enganchado con el pico hacia abajo observando la escena. Tenía un ala, una pata y la cabeza por dentro mientras que la cola y el otro ala estaban por fuera. Con la otra pata se aferraba con fuerza a la cuerda que lo atrapaba. Intenté tirar de él a la vez que separaba un poco el cuadro de la red pero al instante me pegó un picotazo.

- ¡Ay! ¿¡Serás desgraciado!? - le recriminé - ¡Si estoy intentando ayudarte!
- ¿Qué pasa?, ¿qué pasa?, ¡ay! Bájate botones por favor deja al dichoso pájaro, ¡que le den al pájaro!
- Pero, ¿cómo voy a dejar al pájaro ahí enganchado?, ¿y si se muere?, ¿vamos a tener un nuevo amenity en las suites del 'The Level'?, ¿pájaro muerto colgandero? - le dije mientras me bajaba de un salto.
- A ver, ya estoy aquí. ¿qué es lo que pasa?, ¿dónde está el pájaro? - dijo el barman entrando por la puerta directo a asomarse a la ventana.
- El que faltaba..., ¿este es la ayuda que habías ido a buscar? - le dije a la gobernanta.
- ¡Es un mirlo! - dijo el barman con el cuello estirado fuera de la ventana.
- ¿¿¡Pero que también sabes de pájaros!?? - dije alucinado.
- ¿Ves? - me reprendió la gobernanta.


En el hilo sonaba Xoel López

14 comentarios:

  1. Es que saber qué pájaro es...es muy importante para salvarle la vida...jajajaja
    El mundo está lleno de desagradecidos... 😉

    Ten cuidado botones.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nunca está de más saber a quién salvas o ser consciente de quién es tu salvador.
      Muchas gracias!

      Eliminar
  2. Oh qué precioso relato!
    me encanta este hotel!
    Un abrazo botones!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "La luna asoma un rostro diferente a este lado del mundo", canta Xoel López y a mí me encanta que los huéspedes estén a gusto!
      Muchas gracias!

      Eliminar
  3. Me quedé pensando en esa fachada protegida de un edificio (edificio o lo que/quien sea) carcomido. ¡Cuánta importancia damos a las fachadas! Y sin embargo, que esté protegida es también un punto de esperanza de que pueda recuperarse el conjunto completo, o quizás reconstruirse sin perder la esencia. De eso se trata ¿no?

    Yo también le pediría al botones que se bajara. Quiero que se salve el mirlo, pero no quiero que le ocurra nada malo al botones. Ya me encariñé

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La esencia queda impregnada en las vigas de madera, en el goteo de un alambique destilando un último aguardiente, en el olor del puchero humeante en la cocina..., es la vida detrás de la fachada.
      Me da a mí que el botones se ríe en la cara del peligro si es para echar una mano a quien lo necesita. No aprende este chico, no aprende!
      Muchas gracias!

      Eliminar
  4. A fuerza de vivir yo también sé de pájaros, bueno.... básicamente de pajarracos y pajarracas.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que en la vida no es oro todo lo que reluce. Que se lo digan a las urracas. :)
      Muchas gracias!

      Eliminar
  5. Hola , vine a visitarte y me encuentro entre pájaros , maletas , y hoteles ,,una más que buena combinación ...desde luego el texto es interesante y ya que hablas de aves , te diré en una época de mi vida tuve trece parejas de canarios ...es lindo verles criar pero no veas lo sucios que son ..
    Un saludo y sino te importa me quedo en tú rincón creo que me gustará ..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Cuánto vive un canario? Te llenarían de música en la misma cantidad que te llenaban de... suciedad, al menos, no? :)
      Yo tuve un canario amarillo. Se llamaba piolín.
      Sé bienvenida al hotel. Aquí siempre hay habitaciones disponibles.
      Muchas gracias!

      Eliminar
  6. Vengo a visitarte y a darte las gracias por visitar mi blog y por dejarme un comentario.

    ResponderEliminar
  7. Hola gracias por leerme, tremendo como escribes, me he quedado leyendo un rato largo, eres muy bueno Cleveland.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya! Me alegro de que te hayas encontrado a gusto por lo pasillos del hotel y recorriendo las maletas que el bueno del botones ha subido a las habitaciones.
      Muchísimas gracias!

      Eliminar